Estos productos derivados del procesamiento de pescado no solo son una fuente invaluable de proteínas y nutrientes esenciales, sino que también desempeñan un papel crucial en la producción de alimentos para animales y humanos en todo el mundo.
Sin embargo, en un entorno donde la frescura y la estabilidad son fundamentales, surge la necesidad de preservar la calidad de las harinas de pescado durante su almacenamiento y transporte. Aquí es donde entran en juego los antioxidantes.
Los antioxidantes son compuestos que protegen los alimentos de la oxidación, un proceso que puede llevar a la rancidez y la pérdida de valor nutricional. En el caso específico de las harinas de pescado, los antioxidantes desempeñan un papel vital en la preservación de su frescura y calidad, garantizando que conserven su contenido nutricional y su perfil sensorial durante períodos prolongados.
La inclusión de antioxidantes en las harinas de pescado no solo beneficia a los fabricantes de alimentos y a los consumidores al garantizar productos de alta calidad, sino que también contribuye a la reducción del desperdicio alimentario al prolongar la vida útil de estos ingredientes esenciales.
Algunos de los antioxidantes más comúnmente utilizados en las harinas de pescado incluyen tocoferoles (vitamina E), ácido ascórbico (vitamina C) y extractos de romero. Estos compuestos no solo son eficaces en la protección contra la oxidación, sino que también son seguros para su uso en aplicaciones alimentarias, cumpliendo con las regulaciones y estándares de seguridad alimentaria más estrictos.