En la industria alimentaria, los antioxidantes son esenciales para prevenir la oxidación y prolongar la vida útil de los productos. Los antioxidantes naturales, como los tocoferoles o extractos de romero, son valorados por su origen sostenible y su percepción positiva por parte de los consumidores. Sin embargo, suelen ser más costosos y menos estables en condiciones extremas. Por otro lado, los sintéticos, como el BHA y BHT, ofrecen una alta eficacia a menor costo, aunque su aceptación depende de la confianza del consumidor y las normativas.